Cree.

Esta sociedad cada día nos pone más en bandeja la oportunidad de ser diferentes, aunque pensemos todo lo contrario.

¿Por qué se considera ser original a algo que hace todo el mundo? ¿Quizá porque existe la necesidad de sentirse especial pero con el gran miedo de no encajar y caer en la soledad?

Gracias al INSTAGRAM, este año me he encontrado con dos historias parecidas, con un desarrollo diferente, pero con un final igual y hermoso: la primera es una presentadora, tertuliana y modelo española, ganó el certamen Miss Segovia 2008 y participó en el dating show Mujeres y Hombres y Viceversa, ha colaborado y presentado varios programas de televisión. Actualmente es la esposa del futbolista argentino Ezequiel Garay, hablo de Tamara Gorro. La otra es una chica normal, como tú y como yo, se llama Marta.

Ambas historias tratan del no poder ser madres biológicamente, sus hijas no han estado en su barriga, pero si en su mente y corazón. Ellas cuentan sus historias en sus blogs y el tiempo que llevo siguiéndolas me han hecho ver la vida desde otro punto, a ellas y a todas que estén en su misma situación va este escrito.

CREE

Siempre ha creído que todo comienza con un “Hace algún tiempo…”. Y creo que todo presente tiene un motivo. Y que todo futuro contiene un “para qué”. Y creo que todos los “para qué” van enlazados entre sí, caminando hacia una misma dirección.

Porque donde unos encuentran solamente excusas, ellas encuentran razones.

Y es que tiene gracia la cuestión porque donde algunos se aferran al no, otros luchan hasta el final por tener el sí. Donde algunos dan todo por hecho y se rinden a la más mínima señal de llovizna, otros bailan felices bajo la mayor tormenta posible y consiguen salir de ella. Mojados, pero salen, y además con una sonrisa de las grandes.

Todo se reduce esencialmente a las ganas, a la cabezonería, al “no podrán conmigo”. Y esas ganas con el desgaste de la vida a veces nos las acaban quitando o, lo que es más peligroso, nos las quitamos nosotros mismos. Así que aprovecho este espacio para reivindicarlas una vez más.

Las ganas de perder la cabeza de vez en cuando para mantener la cordura, de apostar porque sí, de reír porque sí, de tomarte un vino más porque sí. Porque la vida son esos pequeños gustos.

Las ganas de tomárselo todo un poco más despacio, de saborear los días y disfrutar del mundo que nos ha tocado. Que si te paras un poco verás que el café huele mejor, que los besos saben mejor y las palabras suenan mejor.

Vislumbrar una bella ilusión y no brindarle una gran oportunidad, es como querer volar y dejarse ganar por el miedo a desplegar las alas y caer. Como querer cometer locuras y dejarse vencer por el miedo a sentir lo bello que es vivir.

Así que cree en algo. Porque ya que la vida no siempre es justa, al menos hagamos fáciles ciertas cosas. Cree siempre, sigue creyendo que siempre sale el sol.

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